La Universidad de Salamanca revisa en una exposición la aportación del Campus Unamuno a la imagen arquitectónica de la ciudad

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La Universidad de Salamanca inaugura la exposición virtual “Nuevos espacios para nuevos retos: El Campus Unamuno”, enmarcada dentro del proyecto “La Universidad en Castilla y León: Patrimonio y sostenibilidad”, subvencionado al GIR Arte y Patrimonio Universitario por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León (SA029G19), que estará disponible desde el 5 de noviembre de 2020 hasta el 31 de julio de 2021 en la siguiente dirección: exposiciones.usal.es. 

La muestra, comisariada por las profesoras de Historia del Arte de la USAL Nieves Rupérez Almajano y Ana Castro Santamaría, en colaboración con el Servicio de Actividades Culturales, pretende incrementar la visibilidad de este singular conjunto, que en sí mismo es también reflejo de la vitalidad que sigue teniendo la Universidad de Salamanca, ocho veces centenaria.

Durante el último tercio del siglo XX, la creación de nuevas titulaciones y el notable incremento del alumnado que esto supuso, exigieron a esta Universidad disponer de nuevas infraestructuras para desarrollar sus funciones y le obligaron a expandirse más allá de lo que había sido su centro neurálgico.

Con este fin adquirió amplios terrenos al oeste del paseo de San Vicente en los que se creó el Campus Miguel de Unamuno, que se ha convertido en la actualidad en el ámbito de mayor actividad universitaria. En este Campus se concentran usos docentes (facultades asociadas a las áreas biosanitarias, jurídicas, sociales y económicas), investigadores (varios institutos destacados) y servicios diversos a la comunidad universitaria (bibliotecas, residencias, comedores, casa del estudiante, equipamientos deportivos), en una variedad de construcciones ordenadas con una trama propia, que configuran un ámbito independiente de la ciudad y a la vez inseparable de ella.

Salamanca contemporánea

La distancia con respecto al recinto histórico permitió desarrollar proyectos arquitectónicos con un abanico de posibilidades mucho más rico y abierto a la innovación. Aunque en algunos edificios se sigue empleando la arenisca de Villamayor, preceptiva en aquel entorno, se experimenta con otro tipo de cerramientos: ladrillo de diversas tonalidades, hormigón visto, aluminio o acero, que han introducido nuevas texturas y cromatismos, renovando la fisonomía urbana. También se han transformado las planimetrías, aplicando libremente el esquema colegial o empleando, mayoritariamente, otras tipologías ajenas a las modalidades docentes tradicionales.

Por todo ello el Campus Unamuno, además de haber consolidado e impulsado la expansión de la ciudad hacia el suroeste y de configurar una de las entradas a la misma, constituye un hito en la imagen arquitectónica de la Salamanca contemporánea.