Celia Aramburu, vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de Salamanca, presentó en la mañana de hoy el proyecto “SeedHouse”, un proyecto innovador y multidisciplinar consistente en un semillero inteligente diseñado para su uso en actividades educativas y de investigación relacionadas con la agricultura, la botánica y la conservación ambiental.
Para ello, “SeedHouse” se sumará a los proyectos ya existentes en el Laboratorio de Biodiversidad Urbana de la Universidad de Salamanca ubicado en el Complejo Peñuelas de San Blas, como son #SmartFarmUSAL y Asilvestra, y afianza una vez más el compromiso de la Universidad con la sostenibilidad ambiental, la investigación y la transferencia de conocimiento a la sociedad.
En este sentido, el proyecto comprende la instalación de este semillero inteligente junto al huerto robotizado con el propósito de estudiar los parámetros que influyen en el desarrollo de las diferentes variedades hortícolas que crecen en este espacio universitario. Además, se han programado una serie de actividades como charlas, talleres participativos y visitas abiertas a diversos colectivos como centros escolares, institutos y colectivos del tercer sector.
La iniciativa es fruto de la colaboración entre la Oficina Verde, el GIR Alimentos: Producción, Elaboración y Caracterización, concretamente el Área de Producción Vegetal perteneciente al Departamento de Construcción y Agronomía de la Universidad de Salamanca, y la empresa colaboradora E-PISTEME.TECH, que ha sido la encargada de diseñar el semillero inteligente.
En la presentación del proyecto, cofinanciado por la Junta de Castilla y León dentro de la subvención para los Programas de Educación Ambiental de las Universidades de Castilla y León 2021-2023, la vicerrectora Aramburu estuvo acompañada por María Ángeles Gómez, profesora del Área de Producción Vegetal y miembro del GIR Alimentos: Producción, Elaboración y Caracterización de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales; y Manuel Vielma, director de E-PISTEME.TECH.
Enfoque investigador y educativo
Al igual que los proyectos ambientales desarrollados en el Complejo Peñuelas de San Blas, “SeedHouse” tiene un enfoque educativo y pedagógico importante. El aspecto educativo radica en la posibilidad de realizar experimentos y proyectos prácticos. Los usuarios (investigadores) pueden manipular las variables ambientales y observar cómo afectan el crecimiento de las plantas.
Por ejemplo, pueden ajustar la temperatura o la humedad del suelo para estudiar el impacto en la germinación o el desarrollo de las raíces. Estas experiencias prácticas fomentan el aprendizaje activo y permiten a los estudiantes adquirir habilidades prácticas en el campo de la agricultura y la botánica.
Además, la nueva herramienta también ofrece oportunidades para la investigación científica, ya que los usuarios pueden recopilar y analizar datos a largo plazo para identificar patrones, tendencias y relaciones entre diferentes variables. Estos hallazgos pueden ser utilizados para desarrollar estrategias de cultivo más eficientes, estudiar el impacto del cambio climático en la agricultura o explorar nuevas técnicas de cultivo sostenible.
Tecnología innovadora y componentes clave
“Seedhouse” destaca por su enfoque tecnológico innovador, utilizando diversas tecnologías como la impresión 3D, el corte láser y el IoT (Internet de las cosas) y su diseño modular es una característica muy destacable, ya que puede ser armado pieza a pieza.
Su principal objetivo es proporcionar a estudiantes e investigadores un entorno de aprendizaje interactivo y práctico, donde puedan explorar el ciclo de vida de las plantas, comprender los factores que influyen en su crecimiento y estudiar las diferentes variables ambientales que afectan su desarrollo. Así como potenciar las líneas de investigación sobre la aplicabilidad de soluciones científicas y tecnológicas adaptadas, en este caso, al sector agrario.
El sistema “Seedhouse” consta de varios componentes clave. En primer lugar, hay una serie de sensores integrados en el semillero, que recopilan datos en tiempo real sobre diversos parámetros ambientales, como la temperatura, la humedad del suelo, la intensidad lumínica y el nivel de CO2. Estos sensores permiten monitorear de manera precisa y constante las condiciones del entorno de crecimiento de las plantas.
