El dolor crónico se convierte en la enfermedad más frecuente en España y en la peor tratada

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El dolor crónico se ha convertido en la enfermedad más frecuente en España y el principal motivo de consulta médica, con una prevalencia de casi el 27% de la población, y, sin embargo, es la peor tratada, ya que la mayoría de los pacientes (64%) no recibe tratamiento específico de su dolor en Atención Primaria.  Así lo afirman los organizadores del XIX Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor (SED), que piden que el dolor crónico sea considerado enfermedad y se dote de recursos para su manejo, lo que incluye la formación de profesionales sanitarios y la creación de unidades de dolor multidisciplinares.

“El dolor crónico es una patología por sí misma que supone el principal problema de salud en España, ya que es el primer motivo de consulta médica. A pesar de eso, los profesionales sanitarios no están formados en su manejo. ¿Alguien se imagina qué ocurriría si los profesionales sanitarios no tuvieran formación para tratar enfermedades como la hipertensión, el cáncer o la diabetes, que son incluso menos prevalentes que el dolor crónico?”, alerta la doctora María Madariaga, presidenta de la SED.

Como consecuencia de esta falta de formación, los pacientes están infradiagnosticados, advierte la doctora Madariaga. Hasta el 40% de las personas que reconocen padecer dolor crónico no cuentan con un diagnóstico de dolor crónico, a pesar de llevar una media de 12 años con el mismo, según datos de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).

“El dolor que no se trata de forma adecuada puede convertirse en crónico y los pacientes son más propensos a sufrir bajas laborales y trastornos mentales”, comenta la doctora Maite Bovaira, presidenta del Comité Organizador del Congreso. El 29% de los afectados ha requerido baja laboral con un tiempo medio de cinco meses y el 32% ha tenido que abandonar su trabajo, con los consiguientes costes asociados, según el Barómetro del dolor crónico en España, en el que ha participado la SED. Además, el 22% de los pacientes sufre depresión y el 27% ansiedad. Miedo, desesperación, baja autoestima y alto consumo de psicofármacos son otras de las consecuencias del dolor crónico no tratado de forma adecuada que se reflejan en este informe.

Niños con dolor

El infradiagnóstico es aún mayor en niños y adolescentes, según una revisión de estudios del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre y la Universidad Miguel de Cervantes publicado en la revista Children, que afirma que entre el 15 y el 30% de la población pediátrica lo padece. Los autores concluyen que “es una condición infradiagnosticada, no es tratada adecuadamente por los profesionales de la salud”. Además, “el grado de conocimiento de los profesionales de la salud parece ser insuficiente con respecto a estos aspectos del dolor crónico pediátrico”, añaden. En este sentido, la investigación refleja que “el conocimiento de los profesionales de la salud no está relacionado con investigaciones recientes que identifican la hiperexcitabilidad central como el factor principal que afecta el inicio, la persistencia y el manejo del dolor crónico pediátrico”.

Los niños y adolescentes que no reciben tratamiento adecuado para el dolor crónico “ven limitada su calidad de vida en todos los ámbitos; emocional, social y educativa”, destaca el doctor Carlos Goicoechea, copresidente del Comité Científico del Congreso de la SED.  “Sufren ausencias repetidas en el colegio, menor rendimiento académico, reducidas actividades sociales y dificultades para el sueño, entre otros”. Entre los factores de riesgo en el desarrollo del dolor crónico figuran haber sufrido abuso infantil, abandono, y situaciones de divorcio o muerte de alguno de los progenitores.

 Falta de unidades del dolor

La falta de unidades del dolor multidisciplinares en muchas comunidades autónomas y el retraso en la derivación a las mismas es otra de las dificultades que afrontan los pacientes con dolor crónico, advierte la SED, que denuncia que la mayoría están infradotadas, sin la participación de diferentes especialidades y sin que haya psicólogos, rehabilitadores o terapeutas ocasionales. Según un reciente informe de la POP, algo más de la mitad de las personas con dolor crónico en España esperan como mínimo 1 año a ser derivadas a una unidad del dolor desde el comienzo del dolor y lo más frecuente es haber tardado entre 1 y 5 años. En la mayoría de CC.AA. no es posible realizar la derivación desde Atención Primaria, sino desde Atención Hospitalaria.