Numerosos edificios históricos de la Universidad de Salamanca carecen de horario de visita

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Los edificios históricos de la Universidad de Salamanca, más allá del Edificio Histórico y del Colegio de los Irlandeses (o del Arzobispo Fonseca), siguen sin disponer un horario habilitado para la visita turística o cultural en días y horas diferentes a los de la actividad académica y administrativa, manteniéndose cerrados, por tanto en fines de semana, festivos o durante el mes de agosto. 
 
De esta forma no sólo Salamanca pierde la posibilidad de enseñar importantes atractivos patrimoniales, también la Universidad de Salamanca se muestra al mundo como una entidad poco receptiva y desaprovecha la oportunidad de mostrarse de forma completa. De hecho son muchos los antiguos alumnos, y también posibles alumnos, que durante esas fechas se acercan hasta nuestra ciudad y sólo pueden contemplar fachadas, sin poder conocer patios, claustros, capillas o ver su propio vítor. 
 
A juicio de la Asociación «Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio» la Universidad de Salamanca tendría que trabajar en este sentido y para ello dispone de un enorme potencial, comenzando por el patrimonio del que es titular, pero también de los profesionales y expertos que trabajan para la institución, los alumnos que forma en estudios como Historia, Historia del Arte, Turismo (Campus de Ávila) e incluso másteres, además del apoyo que a buen seguro recibiría de otras instituciones y Administraciones Públicas. 
 
Se trataría, por tanto, de la Facultad de Filología (antiguo Palacio y Hospedería de Anaya, BIC), de la Facultad de Geografía e Historia (antiguo Colegio Menor de San Pelayo y su capilla, además del foso prerromano y cimentación de Cerca Vieja), de la Facultad de Educación (antiguo Colegio Menor de la Concepción de Huérfanos), del edificio de Físicas de la Facultad de Ciencias (antiguo Colegio de San Jerónimo o Trilingüe) y del edificio de Matemáticas de la Facultad de Ciencias (antigua sede de la Escuela Normal de Maestras sobre las bodegas del desaparecido Convento de la Merced). 
 
Posibilitar el acceso a esos monumentos, por medio de los cuáles se puede conocer mejor la historia de la ciudad y muy particularmente de la Universidad, y que carecen de horario de visita alguno, debería acompañarse de una mejora sustancial de los horarios de la Casa Museo «Miguel de Unamuno» y del Patio de Escuelas Menores. 
 
En cuanto al patrimonio arqueológico, del que la institución académica también es titular, también debería lograrse la visita pública -previa adecuación- a la trasera de la Facultad de Geografía e Historia (cita anteriormente), y los restos descubiertos en el enclave conocido como El Botánico (Convento de San Agustín, Colegio Mayor de Cuenca y judería). 
 
El rico y centenario patrimonio que posee la Universidad de Salamanca, una institución pública al servicio de la sociedad e íntimamente ligada al desarrollo e historia de la ciudad, tendría que estar siempre accesible, más allá de los tiempos de apertura académicos y administrativos. En caso contrario, como criticaba Unamuno, la principal imagen que se llevarán de la Universidad será solo la de la rana de su histórica fachada.