La economía española registró un crecimiento del 0,6% durante el primer trimestre de 2025, según los datos de avance publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra sitúa el crecimiento interanual en el 2,8%, mientras que la inflación descendió una décima en abril hasta alcanzar el 2,2%.
El consumo privado se incrementó un 3,5% en tasa interanual, impulsado por el aumento del poder adquisitivo y la evolución del empleo. Los datos muestran que todas las ramas de actividad contribuyeron al crecimiento económico durante este periodo, consolidando la tendencia positiva observada en trimestres anteriores.
La inversión continúa su expansión, especialmente en bienes de equipo, que mantiene un aumento del 4,1% interanual. Paralelamente, la productividad por hora de trabajo experimentó un crecimiento del 0,8% en el último año, lo que refleja mejoras en la eficiencia productiva del país.
En cuanto a los precios, además del descenso de la inflación general hasta el 2,2%, la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados) se situó en el 2,4%. Estos indicadores señalan una moderación en el incremento generalizado de precios, coincidiendo con el crecimiento económico.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que España será la economía desarrollada con mayor crecimiento en 2025, según sus últimas proyecciones. Este desempeño económico se produce en un contexto de incertidumbre en el entorno internacional, donde la economía española muestra capacidad para combinar crecimiento con control de la inflación.