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jueves, octubre 23, 2025

Investigadoras usan más de 1.700 fotografías de redes sociales para rastrear plantas invasoras costeras

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Un equipo internacional con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado más de 1.700 fotografías subidas a plataformas de internet para rastrear la presencia de la planta invasora Carpobrotus, conocida como uña de gato o higo del Cabo. El trabajo, publicado en la revista Ecological Solutions and Evidence, revela que estas invasoras muestran una floración más prolongada que las especies nativas, lo que les permite producir más semillas y aumentar su expansión.

El equipo ha examinado imágenes procedentes de Instagram, Google Maps e iNaturalist para documentar la presencia de esta planta invasora costera. Las fotografías seleccionadas corresponden a seis países: Argentina, España, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Portugal y Sudáfrica. El estudio cuenta con la participación de la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería (EEZA-CSIC).

Las plantas del género Carpobrotus son originarias de Sudáfrica y han invadido ecosistemas costeros desde California hasta el Mediterráneo. Según los datos del estudio, una sola planta de Carpobrotus puede cubrir 50 metros cuadrados, sofocando todo lo que crece debajo. Estas plantas perennes y suculentas con flores amarillas o púrpuras alteran la química del suelo y monopolizan a los polinizadores con sus flores.

Los destinos turísticos de California proporcionaron casi tres veces más fotografías útiles que otras regiones, mientras que en lugares remotos de Sudáfrica y Azores los datos dependieron de plataformas especializadas como iNaturalist. Ana Novoa, autora sénior del trabajo e investigadora en la EEZA-CSIC, lidera el grupo de investigación interdisciplinaria en ciencia de las invasiones.

En Sudáfrica, estas plantas muestran un pico de floración concentrado. El equipo descubrió que en las regiones que han invadido tienen una floración más prolongada que las especies nativas, una ventaja reproductiva que puede ayudar a explicar su éxito invasor. El estudio encontró que el entorno local pesa más que la genética a la hora de determinar el momento de la floración, y las plantas sincronizan su pico de floración con la primavera local en lugar de seguir los patrones de sus poblaciones de origen.

La investigación identifica los picos de floración en cada región: octubre en Nueva Zelanda, marzo-mayo en España y mayo-junio en California. Estos datos permiten planificar los esfuerzos de eliminación para evitar la producción de semillas. Las plantas se propagan tanto por semillas como por fragmentos, y un pequeño trozo puede regenerarse en una nueva invasión.

Paula Gervazoni, investigadora postdoctoral de la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC, es coautora del estudio junto con Susan Canavan, de la Universidad de Galway, autora principal del trabajo.

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